Juan Carlos: "Debutar en el Bernabéu es algo increíble, no tengo palabras"

Minuto 79 del Real Madrid-Deportivo. El videomarcador del estadio señala poco más de las 22:30 horas cuando por megafonía se escucha el nombre de Juan Carlos. Di María le da el relevo en el terreno de juego y el público aplaude la entrada del canterano para envolver a un futbolista que en ese mismo instante hace realidad el sueño de toda una vida: “Saltar al césped del Bernabéu, con las gradas llenas, provoca un sentimiento indescriptible”. Días después el canterano recuerda junto a Realmadrid.com los momentos más importantes de una fecha que jamás olvidará.



Ya había sido convocado con el primer equipo para el partido de Liga ante el Levante y para el choque de Champions frente al Auxerre. Pero ni en sus mejores sueños había imaginado Juan Carlos que su debut con el primer equipo del Real Madrid llegaría tan rápido como lo ha hecho.

El sábado a mediodía, mientras pensaba en el partido del Castilla, recibió la llamada de su entrenador, Alejandro Menéndez: “Estaba en casa con mi familia. Les dije que me habían llamado para entrenarme con el primer equipo y que les contaría después del entrenamiento”. Más tarde, la llamada a casa fue para decir que no iba a dormir. Se quedaba concentrado con el primer equipo: “La alegría fue enorme. ¡No me lo esperaba, así que no me había llevado ropa! Me tuvieron que dejar un chándal”. En el Mirasierra Suites la convivencia con sus compañeros fue tan buena como de costumbre: “Siempre me han tratado como a uno más”. Y allí hubo incluso quien vaticinó lo que ocurriría horas después: “Mateos me dijo que iba a jugar y le dije que eso era imposible. Me jugué una comida con él y la perdí ¡pero la pago encantado!”.

Cuando el domingo llegó al Santiago Bernabéu junto al resto de la plantilla aún no podía ni imaginar que aquel era un día que jamás olvidaría. Por eso se dedicó a disfrutar al máximo cada momento. Primero en el vestuario del primer equipo, un santuario donde pocos tienen la oportunidad de entrar: “Es impresionante. Por aquí han pasado los mejores jugadores de la historia porque el Real Madrid es el mejor club del mundo. Es un orgullo haberme cambiado aquí y hacerlo al lado de jugadores de tanta calidad”.

Lo recuerda sentado en el mismo sitio que ocupó horas antes del partido: “Mateos me cedió su taquilla. El año pasado fue compañero mío, es un ejemplo y fue un orgullo ocupar su taquilla”. Mientras lo cuenta siente casi los mismos nervios que tenía en aquel momento: “Esperé a que Mourinho me dijera si me vestía o me iba a la grada. Para mí ya fue una alegría enorme saber que iba a estar en el banquillo”. A su lado, jugadores llenos de experiencia le dedicaron sus mejores consejos: “Me dijeron que si tenía la oportunidad de debutar estuviera tranquilo e hiciera lo que sé hacer”.

No menos especial fue recorrer el túnel de vestuarios: “Bajar esas escaleras te da mucha impresión; pensar en qué te vas a encontrar cuando salgas…”. Y en medio de aquel momento único “abracé a mis compañeros, les deseé suerte y me fui arriba”. Poco después, ya en el césped, completó el calentamiento junto a Granero: “Cuando salí me quedé sin palabras. No sabía ni dónde mirar. Fue increíble. Salir y ver el estadio y a la gente animando fue mi mayor impresión”.

Recuerda perfectamente la butaca que ocupó en el banquillo, desde donde vio el partido sentado entre Lass y Adán, y acompañado de otros dos canteranos como Arbeloa y Granero: “Ellos mejor que nadie sabían cómo me sentía”. Fueron pasando los minutos, el Real Madrid fue marcando un gol, y otro, y otro... Y Mourinho le hizo una señal: “Me preguntó si tenía ganas de jugar y si estaba nervioso. Le dije que no y me mandó calentar. En la banda la afición me animaba y gritaba mi nombre. Me dio mucha alegría; se lo agradezco mucho. Ahí empezó todo…”. Ese todo arranca en el minuto 79, cuando los blancos ya sumaban cinco goles en el marcador: “Mourinho me dijo que estuviese tranquilo, que tuviese ambición y que hiciese lo que sabía, que lo iba a hacer bien”.

Y entonces el sueño de un canterano se hace realidad al mismo tiempo que la megafonía anuncia la salida de Di María (“Me dio un abrazo y me deseó mucha suerte”) y la entrada de Juan Carlos: “Saltar y que todo el estadio te aplauda es un sentimiento increíble. No tengo palabras. Una oportunidad así no la tiene todo el mundo, así que decidí estar tranquilo y hacer las cosas bien, sin precipitarme”.

Lo demás lo vio todo el mundo. El mismo desparpajo que desprende fuera del campo es el que mostró en su juego durante los minutos que estuvo sobre el césped. Algo que le valió los elogios de sus compañeros y de su entrenador: “Todos me dieron la enhorabuena y me dijeron que me lo merecía, que lo hice muy bien, que tuve mucha ambición y que siga trabajando como hasta ahora”. Un consejo que Juan Carlos ha asimilado a la perfección: “Tengo que seguir trabajando en el Castilla, que es mi equipo, y estar al cien por cien como si nada de esto hubiera pasado”.

Pero al mismo tiempo espera poder seguir disfrutando de las muchas oportunidades que Mourinho le está dando a la cantera: “Desde que llegó se está viendo que cuenta con los chavales. Esto es lo que necesitaba el Real Madrid”. Y es que Juan Carlos está convencido de que esta temporada regresarán los éxitos: “El equipo está haciendo muy buena temporada. Ha empezado muy bien tanto en Liga como en Champions. Esperemos que consiga muchos títulos”. Y quién sabe si pronto Juan Carlos podrá ayudar a conseguirlos: “Todo el mundo quiere triunfar en este club y en este estadio”.

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