El Castilla firmó un empate (0-0) en su visita al estadio de La Canaleja del Trival Valderas Alcorcón. El partido estuvo condicionado por el césped artificial y las pequeñas dimensiones del campo, este hecho provocó que Zidane dejara en el banquillo a Burgui, uno de los indescutibles en el once inicial ya que el estado del terreno de juego no iba acorde con las condiciones de velocidad y desequilibrio por banda del extremeño.
El sistema planteado por el cuerpo técnico blanco era claro: un gran repliegue defensivo e intentar aprovechar cualquier contragolpe o balón parado. Los madridistas eran incapaces de realizar una jugada de toque, de combinación. El cuero siempre era movido con balones largos y en alto, circunstancia que el Trival Valderas supo aprovechar a la perfección por estar más habituado a jugar en un campo de hierba artificial. Así lo explicaba Lucas Torró al final del encuentro: “Estos campos son muy complicados. Nosotros jugamos al fútbol, al toque y aquí no se puede. Aquí es defender, balón aéreo, ser fuerte atrás y tener una ocasión y meterla”.
El susto lo dio Diego Llorente al ser retirado en camilla por un golpe que recibió del futbolista Polo en la boca. El canterano blanco pasó varios minutos noqueado y tuvo que recibir unos puntos de sotura en el labio. Después del encuentro, el central salió por su propio pie del estadio.
El empate a nada en Alcorcón sirvió para que el Castilla sumara un punto que le acomoda comolíder de su grupo, tras el empate del Real Unión (segundo clasificado) con el Huesca.
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