miércoles, 9 de agosto de 2017

Real Madrid 2 1 Manchester United

El equipo blanco, supercampeón al batir a un Manchester United sólo abonado a su físico (2-1). Imperial Casemiro en un mediocampo blanco muy superior.


El Real Madrid revalidó este martes su título de supercampeón de Europa. Después de ganar dos Champions League consecutivas –y tres de las últimas cuatro-, no le hubiera hecho falta levantar ninguna copa en Macedonia para reafirmar su condición. Pero aun así, lo hizo. Ganando al Manchester United en la final de la Supercopa. Fue sencillo para los blancos. Y si no llega a ser por el mayor rodaje del equipo inglés y su superioridad física, hubiera sido pan comido incluso.


Y es que al equipo de Zidane no le hizo falta ni tirar de Cristiano Ronaldo para batir al United (salió en el minuto 81 con 2-1 en el electrónico). Ni tampoco diseñar toda la pretemporada enfocado a este único partido. Le bastó con su fútbol. Con su rodaje. Con su talla de campeón. Sólo le costó algo más en los momentos en que el United renunció al fútbol para buscar su físico predominante. Bien en base a la presión adelantada –como en los primeros minutos-, bien con los balonazos largos –como en los últimos instantes-. Pero en cuanto el balón entraba en juego, sólo se veía a los madridistas.


Destacó Keylor Navas en un par de buenas acciones –aunque un par de rechazos suyos dieron vida a Lukaku-. Destacó también Gareth Bale a su manera, con una asistencia y dos casi-goles. Pero sobre todo, destacó el sólido centro del campo merengue, con el póker Casemiro-Kroos-Modric-Isco, y el brasileño en modo estelar. Como si quisiera demostrar que la diferencia entre él y Pogba nunca podía ser de 90 millones de euros. Lo consiguió en cualquier caso. De hecho, en ese ‘duelo’ Casemiro-Pogba se podría definir a la perfección el estatus hoy en día entre ambos clubes. El 2-1 se antojó hasta corto, visto lo visto.





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