El Barcelona y el Madrid firmaron tablas en el Camp Nou. Por momentos bien jugado, en otros medio peleón, siempre entretenido, el clásico se cerró 2-2. Valverde apostó prácticamente con la misma alienación que destrozó al Sevilla en la final de la Copa del Rey. El único cambio, en la portería. También el conjunto azulgrana repitió la intensidad con la que saltó al campo en el Wanda. Y le volvió a funcionar, al menos hasta el gol de Luis Suárez. El 9 adelantó a un Barça que amagaba con pasar por encima al Madrid. Sin embargo, los muchachos de Zidane reaccionaron. Cristiano tomó el mando del Madrid. El portugués se agranda en cada visita a la casa del Barcelona. Marcó el 1-1, su gol número 12 en el Camp Nou, el 18 en los clásicos (igualó a Alfredo Di Stéfano como el máximo goleador del Madrid ante el Barça). El Barcelona estaba impreciso, el Madrid cómodo. La desesperación del equipo azulgrana se simbolizó en Sergi Roberto, que le tiró un manotazo a Marcelo y dejó al Barça con un hombre menos antes del paso por los vestuarios.
El segundo tiempo comenzó con un guión diferente. Ya no solo porque Valverde decidió custodiar la zaga (Semedo reemplazó a Coutinho), sino porque Zidane dejó en el vestuario a su jugador franquicia, Cristiano Ronaldo. El portugués, que se torció el tobillo en su gol, sufre un leve esguince. El Madrid comenzó a controlar el balón, el Barça aguarda por su oportunidad. La tuvo. Suárez administró el contraataque y le entregó el balón a Messi. El 10 regateó dos defensas blancos y colocó el balón lejos de Keylor. Fue el gol 26 de Messi en los clásicos. Pero cuando el cuadro de Valverde recuperaba el control del partido. Bale firmó un golazo. Un disparo fuerte y preciso, imposible para Ter Stegen. El Madrid no pudo con el Barcelona, que estiró a 42 la racha de partidos sin perder en la Liga.
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