Atlético 1-3 Real Madrid


No renuncia a LaLiga el Real Madrid. En plena línea ascendente, el equipo de Solari se cree capaz de cualquier cosa, incluso de batallarle el título al Barcelona. De momento, se impuso con autoridad al Atlético en el Metropolitano (1-3), le arrebató la segunda plaza a los rojiblancos, y se coloca a cinco puntos del conjunto de Valverde, que este domingo visita al Athletic en San Mamés. Casemiro, con remate de tijera, adelantó al Madrid y Griezmann igualó el marcador poco después. Ramos, de penalti, devolvió la ventaja a los blancos antes del descanso y Bale remató la faena en el segundo acto.
No empezó cómodo la tarde el Real, sometido por una intensa presión de los chicos de Simeone. No encontraba espacios el Madrid, incapaz de sacar la pelota y de instalarse en campo colchonero. Apenas había empezado a desquitarse del agobio inicial el plantel de Solari cuando asestó el primer golpe en una acción a balón parado. La puso Kroos desde la esquina, cabeceó Ramos desde el punto de penalti, y en el segundo palo embocó Casemiro. Sin oposición, con la defensa del Atlético rodeando en bloque al camero, el brasileño se sacó un remate de tijera para superar a Oblak.
El gol asentó al Madrid y desnortó al Atlético. Modric y Kroos empezaban a engrasar la maquina de fútbol madridista y Vinicius, de nuevo titular para disgusto de Bale, suplente en el Wanda, hacía sus travesuras por la izquierda. No había muchas noticias de Benzema, más ausente de lo habitual en el feudo rojiblanco. Tampoco había aparecido mucho Griezmann hasta que un pase filtrado de Correa le dejó ante Courtois. Se llevó la pelota el argentino tras un choque con Vinicius y vio el hueco a la espalda de la zaga blanca. No perdonó el punta francés, que definió por debajo de las piernas del meta del Madrid. El empate fue cuando lo autorizó el VAR, protagonista en el derbi.
La tecnología intervino en el primer gol del Atlético y en el segundo del Madrid. Cabalgó Vinicius por la izquierda, dejó atrás a Giménez y el uruguayo terminó derribándolo. Le trabó primero fuera del área y hubo un segundo contacto ya dentro del rectángulo de Oblak. Estrada Fernández consideró la acción como penalti y el VAR no corrigió su decisión. Ramos, especialista desde los once metros, no desperdició la pena máxima. No hubo panenka esta vez, sino un disparo preciso al palo derecho del esloveno para devolver la ventaja a los blancos antes del descanso. 
No estaba siendo un derbi demasiado vistoso ni repleto de ocasiones. Sí fue un duelo enérgico e intenso que se trabó y endureció en el segundo acto. Estrada Fernández sacó la cartulina amarilla a pasear y la enseñó hasta en nueve ocasiones, siete de ellas en los segundos 45 minutos. Dos se las llevó Thomas, expulsado tras un pisotón en el tobillo de Kroos. Poco ante había sentenciado el Madrid en una contra que finiquitó Bale. El galés entró por Vinicius y dejó su huella con un preciso disparo cruzado desde la izquierda. Su celebración dejó miga: se llevó una mano a la oreja y pareció hacer una peineta después.
Con dos tantos de desventaja y un jugador menos claudicó el Atlético, que antes del tanto de Bale pudo empatar en una preciosa acción de Morata. El punta controló de maravilla y superó con un globito a Courtois. Pero el VAR le dejó sin su primer descorche de rojiblanco y ante su exequipo. Solo en ese minuto de espera pareció peligrar el derbi para un Madrid que pegó un golpetazo en la mesa en el Wanda. Este Real no tira nada, tampoco LaLiga, por lejana que parezca.
















































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