Miedo vecinal en el Metropolitano. Un derbi con aversión al riesgo en el que ninguno de los dos quiso irse al ataque decididamente. Las sensaciones son algo mejores para el Madrid, sin embargo, pues tuvo más iniciativa y control y confirmó su nueva solidez defensiva.
Simeone y Zidane dejaron claras las intenciones de sus equipos desde el primer minuto. El argentino siguió su libro de estilo habitual con un equipo bien armado defensivamente, ordenado y buscando a sus puntas con el fútbol más directo posible. El francés, por su parte, prefirió el músculo de Fede Valverde a la calidad de James para contrarrestar el potente centro del campo rojiblanco. Un equipo, el Atlético que comenzó con más intensidad provocando muchos errores blancos. El plan estuvo a punto de salirle bien con una ocasión de Joao Félix pero su disparo se marchó fuera cuando lo tenía todo para marcar. Tras esa jugada, el encuentro se igualó porque el Madrid comenzó a tener más el balón. Bale ejerció el papel de líder ofensivo del equipo de Zidane en el que comenzó a aparecer Hazard, pero a cuenta gotas.
El encuentro se jugaba más en el centro del campo que en las áreas y así, pocos goles se esperaban. En la recta final de la primera mitad se animó el choque con dos disparos peligrosos de Kroos a los que respondió Oblak y un disparo fuera de Joao Félix y centro peligroso de Trippier le pusieron algo de sal a una aburrida primera mitad en la que Simeone cambió de posiciones a sus centrocampistas buscando algo, el dominio del partido. que no encontró.
La segunda mitad comenzó con Correa entrando por Vitolo lo que significaba que el Atleti tenía más peligro arriba como lo demostró el propio Correa con la primera ocasión tras el descanso. El Madrid respondió con otra ocasión de Bale en un partido sin control por parte de ningún equipo. Simeone movió el banquillo dando entrada a primero a Lemar y después a Marcos Llorente por Joao Félix en un cambio que la grada no aceptó de buen grado. Zidane, por su parte, quitó a Fede Valverde y Hazard por Modric y James respectivamente. En esa guerra táctica, el Madrid tuvo más el balón y el Atleti, más mordiente con Lemar. Eso sí, el encuentro seguía siendo un correcalles, con muchos fallos y en el que cada equipo tenía sus minutos de dominación. En ese panorama, Koke tuvo una buena opción para marcar, pero su disparo se marchó alto y Benzema tuvo la mejor ocasión blanca, pero su remate de cabeza no acabó en gol gracias a una grandiosa parada abajo de Oblak.
El cansancio y el miedo a perder marcaron la recta final del derbi que el Atlético acabó realizando un solo disparo entre los tres palos por tres del Real Madrid.
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