Galatasaray 0-1 Real Madrid





Zinedine Zidane se llevaba las manos a la cabeza en el tramo final del partido, sin entender cómo era posible que sólo fueran 0-1 con la cantidad de ocasiones que había tenido su equipo hasta ese momento. No sufría el Madrid entonces por el acoso del Galatasaray, ni mucho menos, pero un gol puede llegar de la forma más tonta e inesperada. Nzonzi remató un córner que pudo ser el empate y el disgusto. Aguantó la escasa renta el cuadro blanco, angustiado como llegaba a la cita de Estambul. «Hemos intentado meter goles, hemos creado mucho... pero sólo hemos metido uno. Sirvió para los tres puntos, pero nos faltó un poco de suerte», resumía Marcelo.


Se jugaba la clasificación el Madrid en la Champions, con su entrenador también amenazado. Por fortuna para el francés y el vestuario, el triunfo inyecta paz en el club, sin nuevos exámenes hasta la siguiente semana (Leganés, miércoles 30 en el Bernabéu). «Había que ganar», escribió en Twitter Sergio Ramos. Frase concreta y con fondo, porque toda la plantilla sabía que una derrota hubiera colocado en una situación muy delicada a Zinedine Zidane.




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